Cuero curtido al vegetal

Un compromiso con la salud y el medio ambiente

La cueros curtidos al vegetal son hoy el centro de un significativo fenómeno de redescubrimiento por parte de los consumidores interesados en productos capaces de conjugar excelentes standards de calidad con características como la total naturalidad de las materias primas y de los procesos de elaboración.

Este tipo de curtido, que por un tiempo se volvio marginal por el predominio de las elaboraciones basadas en productos inorgánicos o de síntesis y que emplea procesos transmitidos de generación en generación a través de siglos por maestros artesanos, no se limita hoy a la producción de cueros de capellada y peletería, sino que tiene amplia difusión en aplicaciones como interiores de auto, decoración, peletería e indumentaria.  Usos para los cuales, hasta hace algunos años, era común recurrir a tratamientos menos limpios en términos de naturalidad, de riesgos de operación y respeto ambiental.

En los últimos años mejoras en dispositivos y la disponibilidad de nuevas soluciones técnicas ha permitido a los productores eliminar buena parte de los inconvenientes propios del curtido al vegetal. Si hace un tiempo el uso de taninos vegetales se relacionaba casi exclusivamente a las suelas, hoy se obtienen productos de alta calidad con un enfoque ecológico en variadas aplicaciones: cueros suaves de tintas llenas y brillantes, que se pueden re acabar de todos los modos y destinables a cada uso. Productos que tienen una envidiable resistencia mecánica y plenamente comparables desde el punto de vista de la impermeabilidad al agua y a la resistencia a la temperatura, parámetros citados como importantes límites de la elaboración natural.

El resultado es un producto superior bajo cada perfil, que combina excelentes características técnicas con la prerrogativa de los materiales de sabor antiguo, de colores cálidos y aspecto único, que duran y mejoran en el tiempo.

Y también es un cuero con limitadísimos riesgos de alergia u otras containdicaciones para la salud del consumidor y de reducido impacto ambiental. Realizado con un uso casi nulo de sustancias químicas, al final de su vida útil puede ser llevado a disposición final con plena seguridad.