Castanetum

Difusión, gestión y criticidad

En todos sus ecosistemas diferenciados (Lauretum, Castanetum, Fagetum, ecc.) el patrimonio forestal italiano está representado principalmente por el bosque de reproducción agámica, que caracteriza el 44% de toda la superficie forestal nacional (3.858.300 ha sobre una superficie total de 8.675.100 ha, datos “Inventario Forestale Nazionale Italiano”, Corpo Forestale dello Stato, 2005). La pricipal prerrogativa de esta categoría es la renovarse por si sola de cepa o tocón, facultad reproductiva que se mantiene en el tiempo de forma distinta en las diversas especies forestales.

Dicha tendencia es particularmente marcada para el castaño (Castanea sativa, Miller), cuya capacidad de reprocucción agámica se renueva constantemnte resultando superior a la de otras especies, como por ejemplo el roble.

El castaño se ha difundido en todos los paises de la cuenca del mediterraneo, donde a una altura comprendida entre los 400 y 700 metros, define el paisaje de colinas y media montaña de regiones enteras, caracterizando la zona fitoclimatica del Castanetum. Considerando tanto la extensión de los “castagneti” (bosques de castaño) como las características de elevada vitalidad y longevidad, el bosque de castaño representa en Italia una de las realidades forestales más importantes, constituyendo casi un cuarto de la superficie boscosa total.

En Piemonte, por ejemplo, los “castagneti” alcanzan una extensión de 205.000 ha, sobre una superficie forestal total de 873.000 ha. Si bien son existen otro tipos gestionales, los más comunes son el de “ceduo matricinato” y el de “ceduo composto” (datos: "Carta Forestale Regione Piemonte", dicembre 2007).

Teniendo en cuenta que el castaño, sobretodo en los ambientes más fértiles, conserva indefinidamente su propia capacidad de reproducción agámica, en las poblaciones de esta especie es posible el mantenimiento de la renovación con turnos habituales a más largos, sin por esto comprometer al ecosistema forestal.

Mientras para el cultivo se configuran dos tipos de plantaciones, de fruto y de madera, la dirección de intervención silvicultural prevee cortes de renovación breves o largos y la mejora de los bosques de copa alta, con múltiples posibilidades de gestión, todas interesantes tanto desde el punto de vista productivo como paisajístico y de la biodiversidad.

Los expertos del sector concuerdan en considerar una correcta gestión agronómica como la condición mínima para preservar los “castagneti” del deterioro y del ataque de los parásitos, frecuentemente no combatido en contextos que, en muchos valles alpinos y apeninícos, sufren las consecuencias del abandono producido después de la segunda posguerra.

Además de la contención de los daños provocados por el “cancer del castaño”, patología que, junto con el “mal de tinta”, ha amenazado por años la supervivencia numerosas plantaciones, las intervenciones de cultivo más idóneas a la gestión de los castagneti aparecen ahora fundamentales para la contención de los daños provocados por un nuevo y más reciente enemigo, aparecido un par de años atrás el “cinípido del castaño”.

Si trata de un parásito llegado de Oriente y que, no existiendo limitadores naturales en el ambiente, se está difundiendo rápidamente en los “castagneti”, causando importantes daños sobretodo a la producción de frutos.
En este sentido, la producción de tanino aparece hoy como uno de los estímulos más importantes para la toma de correctas acciones de contraste, también para poner sobre la senda de los bosques de castaño para frutode las zonas mencionadas.

Una correcta gestión de las plantaciones bajo el perfil agronómico y fitosanitario es fundamental tanto para una mejor conservación del patrimonio boscoso como para ofrecer sostén a una economía que, si se desarrolla oportunamente, puede traer beneficios en términos de nueva ocupación.

En estos términos es necesario subrayar como un bosque sin ninguna gestión, dejado a si mismo, pueda producir un tercio de uno administrado correctamente, pero para iniciar el recupero de contextos improductivos y llevarlos a niveles finalmente remunerativos son frecuentemente necesarias específicas políticas de apoyo. Sin éstas, las que familias y operadores no encuentran adecuandos recursos económicos para intervenir para la recuperación de los bosques pobres.

En este sentido un ejemplo interesante es el que llega de Austria, donde los operadores forestales son almenos el doble que los italianos y el porcentaje de bosques remunerativos es decididamente más elevado.